Acabo de leer un excelente post en el sitio de Diego Levis sobre las nociones de «nativos digitales» e «inmigrantes digitales».
La expresión «nativos digitales» la lanzó Marc Prensky en su libro The death of command and control, como describe este artículo de El País, y designa a quienes han nacido en medio de la nueva cultura digital, es decir los jóvenes, en contraposición a los «inmigrantes digitales», es decir todos a quellos que nacieron antes de que lo digital campeara.
La ideíta prendió rápido, y muchos gurúes locales la adoptaron y repitieron una y otra vez.
Sin embargo, no invierten tiempo en analizar cuántas veces la superficialidad de algunas categorías termina simplificando fenómenos que no son simples, y ocultando más factores de los que ilumina.
La validez de estas categorías se cae apenas uno se pone a reflexionar un poco sobre lo que vive en las aulas o en su casa. Los chicos, «nativos digitales», parecen dominar la tecnología. Sin embargo, con un poco de observación uno se da cuenta que en realidad manejan sin inhibiciones un par de herramientas informáticas, pero de forma muy superficial. El mismo Diego refiere que esto le pasa en sus clases.
¿YouTube? Si, saben buscar y ver videos, pero poco más. Suben megas y megas de fotos a sus fotologs, pero casi ninguno sabe cómo se hace ni cómo funciona uno. Como dije en un foro días pasados, hay padres que manejan más herramientas de la llamada «web2.0» que sus hijos y todos sus compañeros juntos. ¿Quién es entonces nativo y quién inmigrante? (a propósito: «web2.0» es otra categoría que no me gusta, pero sobre eso me despacharé en otro post).
Creo que en realidad, como ocurre con los nativos y los inmigrantes geográficos, estas categorías no sirven para analizar sino para discriminar.
Es una forma elegante y solapada de decir «Yo soy moderno y vos no, yo estoy al tanto de lo último y vos no.» Es más, algunos, como pasa con Piscitelli en el portal educativo nacional Educ.ar, se proponen como «mediadores tecnológicos intergeneracionales.» Acabáramos…
Mientras estos iluminados parecen hacer concursos a ver quién lee más libros sobre «las nuevas tendencias en la web», la realidad de nuestras escuelas se les escapa de las manos, sin que se den cuenta (¿o sí?)
Honestamente, creo que internet es un fenómeno cuya trascendencia merece algo mejor que esta vergonzosa pereza intelectual.
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En realidad cuando Prensky habla de nativos e inmigrantes no se limita al «buen uso» de la tecnología o el conocimiento profundo sobre la misma.
Creo que apunta más a la cultura digital, a saber cómo resolver situaciones usando la tecnología. A partir de esta visión, el debate sería muy interesante.
Ingrid: gracias por visitar Kybernetes y opinar.
Estoy seguro de que Prensky se refiere a lo que mencionás; sin embargo sus conclusiones generan un corte artificial y tendencioso sobre la historia de la transmisión del conocimiento en la humanidad. Y en este sentido, las computadoras no tienen la culpa.
Como asumo que habrás visitado mis otros posts sobre el tema, quizás te interese visitar estos otros blogs, donde sus sabios autores analizan la triste metáfora de «nativos e inmigrantes digitales»:
Boris Mir: «Ni nativos, ni residentes…simplemente competentes digitales»
Tíscar Lara: «¿Nativos digitales 0 competentes digitales?»
Pablo Mancini: «Todos somos migrantes digitales»
Cordiales saludos.
Alejandro.
Gracias por responder Alejandro y muchas más por los enlaces. Los reviso.
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